El ermitaño había pasado muchísimo tiempo en las catacumbas de su alma, olvidando incluso su propio nombre. Sus incontables estudios le dieron la respuesta a secretos milenarios pero un día mirando desde su montaña comprendió que no tenía nadie a quién contarle sus descubrimientos. Observó como el eco se había transformado en su lenguaje y dejó caer una lágrima. Un día de tantos se dedicó a mirar una Estrella y de tanto mirarla parece que quedó hipnotizado. Luego de horas algo dentro de su corazón se quebró y desde el interior emergió una pequeña luz.
La luz había destruido su prisión.
Supo, entonces, que se había transformado en Sol.
Que hermosa forma de explicar una combinación.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado! Y muchas gracias por visitar la página.
EliminarUn abrazo y que tengas bonito finde. :)