Independiente de los significados e interpretaciones habituales que se le dan a la carta de tarot El Mundo, cuando la miro siempre pienso en un espejo. El personaje de la carta parece ser nuestro propio reflejo y un aspecto profundo de nuestro ser: algo que no nos habla de nuestra nacionalidad, sexualidad o de nuestra tendencia política sino de un aspecto humano esencial, desnudo y primigenio. Profundizando en la carta uno podría pensar que la guirnalda ovalada que rodea al personaje se asemeja al contorno clásico y característico de los espejos tradicionales, lo que daría fuerza a la teoría de que el personaje que vemos allí es solo un reflejo en un espejo.
Quizá el éxito o la realización de la que habla esta carta no refiere a los logros sociales sino al profundo reconocimiento de nuestra imagen. Si es así, solo en la medida que reconozcamos lo que somos nos acercaremos a la integración total. Aquello que sucede cuando nuestro amor propio abraza las luces y sombras de nuestro reflejo. El momento en que el hombre, el águila, el toro y el león se reunen para acompañar a este nuevo ser.
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