A veces en la vida nos encontramos con personas que parecen encarnar
los aspectos más bordes y sombríos que un ser humano puede tener: aspectos que no reconocemos en nosotros mismos pese a que sí están en nuestro interior, escondidos y reprimidos a nivel subconsciente. Cuando se nos cruza alguien que encarna lo que más nos desagrada tenemos la opción de rechazar por completo ese reflejo o hacer frente a esa imagen en negativo de
nosotros mismos, asumiendo el coste o desgaste psicológico que eso puede significar. Cuando comprendemos a blandas o duras penas que eso que vemos también nos
pertenece entonces estamos preparados para usar la espada y dar el corte definitivo a la situación.
Cuando nos enfrentamos con el espejo no basta con asentir con la cabeza y comprender el origen del reflejo, también es importante encarnar aquello que rechazamos. Cuando lo borde y sombrío se acepta en nosotros entonces el contricante desaparece. La espada que en otro momento hubieramos usado para defendernos ahora sirve para cortar con frialdad la ilusión del conflicto, aquella creencia paranoica de que el daño y peligro proviene del exterior. He ahí la gran sabiduría y nobleza del Rey de Espadas que le permite dar punto final a la esencia del problema.
Carta: King of Swords.
Baraja: The Light Grey Tarot.
Diseñador: Abby Boeh.
Cuando nos enfrentamos con el espejo no basta con asentir con la cabeza y comprender el origen del reflejo, también es importante encarnar aquello que rechazamos. Cuando lo borde y sombrío se acepta en nosotros entonces el contricante desaparece. La espada que en otro momento hubieramos usado para defendernos ahora sirve para cortar con frialdad la ilusión del conflicto, aquella creencia paranoica de que el daño y peligro proviene del exterior. He ahí la gran sabiduría y nobleza del Rey de Espadas que le permite dar punto final a la esencia del problema.
Carta: King of Swords.
Baraja: The Light Grey Tarot.
Diseñador: Abby Boeh.
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