Muchas veces tenemos miedo de ser traicionados por otros pero olvidamos que existe una traición más profunda que es la que uno mismo se puede inflingir, cuando no somos leales con lo que pensamos y decimos. Esto se observa con nitidez en nuestros dobles discursos, cuando luchamos por los derechos de las ballenas pero luego volvemos a la vida común e insultamos sin control al primero que se nos cruza o cuando nos enjabonamos la boca con el derecho a la vida y luego le deseamos la muerte a alguien con quién no podemos llegar a un acuerdo. Esta falta de integridad también queda expuesta en aquellos que se llaman a sí mismos espirituales, conectados a la Pachamama y a la Madre Tierra pero luego van y escupen a su propia madre con quién tienen pendiente desatar sus nudos psicológicos o en aquellos que llenan de bonitas frases sus muro de Facebook y luego despotrican contra su oponente en el futbol, la política o cualquier plataforma en dónde existan doctrinas diferentes. Todos ellos parecen traicionarse a sí mismos, perdiendo objetividad y tirando piedras (o espadas) a su propio tejado.
Las espadas son como las palabras y dejan señales en el aire, por tanto puede que un día sean las que nos condenen y aplasten para recordarnos que el mundo tiene memoria. Puede que un día sean esas palabras que lanzamos al aire las que se nos claven irremediablemente en el momento más tétrico e inesperado de nuestra vida: el día en que observemos con terror y conciencia nuestro propio error. Por eso mismo hay que poner atención a las espadas, aquellas frases e ideas que decimos y que pueden destruir pero también construir.
Carta de portada: Ten of Swords.
Baraja: The Light Grey Tarot [Múltiples Diseñadores]
Diseñador Ten of Swords: Chris Hajny.
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