Lo de ayer fue épico. Una jornada intensa que comenzó a las 18:30 para terminar a eso de las 3 de la mañana, leyendo el tarot en el centro de Cáceres a propósito de las fiestas organizadas por la Asociación de Comercio de la Zona Centro para la celebración de La Noche de San Juan. Contento de que me hayan invitado y contento de haber visto a toda la gente que ví.
Como siempre lo que aporta la lectura de cartas a pie de calle es el encuentro con las personas en su versión más cotidiana y más humana también, en dónde se tocan temas de todo tipo y en dónde se crean lazos de amistad e intimidad que luego se disuelven con el siguiente consultante. Pese a lo fugaz de cada momento me comprometí con lo que estaba haciendo, tanto así que una mujer me dijo: es que te he visto como lees y parece que te vuelcas totalmente en lo que haces y solo una persona a la que le gusta esto podría tirarse las horas que llevas tu haciendo esto sin parar. Y efectivamente es así: si no me gustara leer las cartas quizá me hubiera desmayado y rendido a las primeras cuatro horas pero porque es un agrado hacer esto me pude tirar cuatro horas más sin parar, sin comer ni beber agua ni ir al servicio. Es que cuando haces algo que te gusta simplemente disfrutas.
Por otro lado es de agradecer la organización que hubo ya que en un principio se temía el caos a la hora de controlar los turnos pero justamente yendo en contra de todo pronóstico las personas demostraron una disciplina y cultura cívica sin precedentes ya que ellos mismos gestionaron y controlaron todo de muy buen rollo, lo que obviamente me ahorró el trabajo de control y me permitió concentrarme aún más en las interpretaciones que se hacían a veces con el sonido de fondo de los tambores o las bendiciones de un grupo que paseaba por las calles con la intención de limpiar de forma colectiva el alma de todos los presentes. Así una tarde y noche mágica, llena de gente que iba para todos lados, que hacían cola para leerse las cartas o que iban a ver las queimadas. Otros que iban de copas para celebrar su propia Noche de San Juan. Adrenalínico, social y épico son las palabras que usaría para bautizar una jornada maratoniana que me ha dejado con una gran sonrisa en la cara.
Por otro lado es de agradecer la organización que hubo ya que en un principio se temía el caos a la hora de controlar los turnos pero justamente yendo en contra de todo pronóstico las personas demostraron una disciplina y cultura cívica sin precedentes ya que ellos mismos gestionaron y controlaron todo de muy buen rollo, lo que obviamente me ahorró el trabajo de control y me permitió concentrarme aún más en las interpretaciones que se hacían a veces con el sonido de fondo de los tambores o las bendiciones de un grupo que paseaba por las calles con la intención de limpiar de forma colectiva el alma de todos los presentes. Así una tarde y noche mágica, llena de gente que iba para todos lados, que hacían cola para leerse las cartas o que iban a ver las queimadas. Otros que iban de copas para celebrar su propia Noche de San Juan. Adrenalínico, social y épico son las palabras que usaría para bautizar una jornada maratoniana que me ha dejado con una gran sonrisa en la cara.
Un agradecimiento enorme a todos quienes hicieron posible el evento y todas las actividades celebradas en Cáceres, empezando por el Ayuntamiento, La Asociación de Comercio de la Zona Centro y todos los brujas y brujas que una vez más han hecho de esta noche algo mágico y especial. Por sobre todo agradecer a las personas de a pie que con su presencia dieron sentido a todo y que con su confianza validaron así una tradición que creo nunca olvidaremos.
Eso sí, ahora me toca descansar como un Marajá.
Para leer la nota de prensa en dónde aparecen los detalles y mi colaboración en el evento AQUÍ.
Eso sí, ahora me toca descansar como un Marajá.
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