La Videncia analizada con los ojos de la ciencia - PARTE 1




Una de las primeras cosas que se debe hacer para analizar la videncia desde una perspectiva científica es adentrarse y aplicar sobre ella el sentido escéptico que nos ayudará a encontrar explicaciones razonables. De esta forma se deberá descartar por completo cualquier justificación basada en creencias místicas no comprobables, ya que el solo hecho de admitirlas sería renunciar por completo a la exigencia racional que la propia mente pide. 

Para algunos es suficiente con creer en lo que se hace para darlo por válido pero esto no sirve cuando la otra persona no comparte tus mismas creencias o te exige una prueba tangible de lo que dices. Así, si tu crees que la videncia es producto de un don que adquiriste por arte de magia y no puedes comprobarlo aunque crees que da resultado eso chocará siempre con cualquier persona que te exija una explicación razonable, lo que te llevará a dos caminos seguros: ser llamado charlatán o abrirte a una nueva forma de explicar lo que haces.

Definición de vidente según la RAE:

Persona que pretende adivinar el porvenir o esclarecer lo que está oculto / Persona que tiene visiones sobrenaturales o que están fuera de lo que se considera común

A mí siempre me ha asombrado el hecho de que algunas personas puedan ser capaces de adivinar lo que había pasado y lo que sucedería en la vida de una persona sin siquiera conocerla ¿Es eso magia o un don especial que se heredó de una familia antigua y ancestral de brujos? No en absoluto, primero porque no se puede demostrar científicamente y segundo porque, por muy fantástica que suene la idea, hemos asumido en este análisis que no aceptaremos creencias místicas que no puedan ser comprobadas de forma razonable.

LA CIENCIA EN LA VIDENCIA Y LA TEORÍA DE LA MENTE


Cuando intenté encontrar la ciencia en la videncia lo primero que hice fue observar el escenario en el cual se adivinaban cosas de las personas. Me di cuenta que el principal protagonista en este asunto era la información. Debía de existir un mecanismo por el cual el vidente era capaz de recoger de forma inconsciente datos del individuo para luego expresarlos de una forma coherente; develando cosas de su pasado y anticipando lo que le ocurriría, obviamente, sin hacer trampa de ningún tipo y aplicando alguna técnica o cualidad inherente en él que le permitiera acceder al campo de información de la persona. 

El desarrollo de este concepto me llevo a algo básico como es es la idea de que el ser humano es en sí mismo un campo de información que se manifiesta no solo a través de sus palabras sino a través de cualquier aspecto que los sentidos puedan captar. Esto quiere decir que, al momento de entrar en contacto con una persona, el vidente, sin ser consciente, ya está recibiendo señales de la misma a través del tacto, la visión y el oído sin que ni siquiera ella articule palabra. ¿Suena esto poco razonable? No, en absoluto. 

Esto se comprueba fácilmente en actitudes que llamamos instintivas cuando conocemos a alguien que por una extraña razón nos cae bien o mal. ¿Qué ha sucedido? ¿Hemos hecho magia al detectar aquello? No, lo que ha sucedido es que nuestro cerebro ha recopilado información en milésimas de segundo que le permiten determinar anticipadamente si esa persona será confiable o no. Creemos que adivinamos, pero en realidad lo que estamos haciendo es una recogida de datos inconsciente que luego se manifiesta como un resultado o respuesta final consciente. 

Para las ciencias cognitivas esta cualidad corresponde a lo que se denomina Teoría de la Mente que refiere a la capacidad que tiene el ser humano de interpretar y prever o anticipar el comportamiento de otras personas. Esto es un mecanismo innato en el ser humano y que se desarrolla a partir de los tres o cuatro años, momento en que comenzamos a ser conscientes del entorno y del resto de personas, diferenciando lo que nos sucede a nosotros de lo que le sucede al otro, logrando así una capacidad de análisis superior. 

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LA TEORÍA DE LA MENTE EN ACCIÓN: UN EJEMPLO


Una mujer llega a la consulta de un vidente y le pregunta: ¿Llamarán a esta persona desde el trabajo al cual ha postulado? La desconocida no ha dado más información que esa y ha evitado por completo hacer una introducción que permitiese al vidente deducir anticipadamente cosas de ella. Ni siquiera ha dicho quién es el sujeto por el cual pregunta. 

El vidente solo ha pedido saber si es hombre o mujer y la consultante ha dicho que es hombre. Punto. Desde ese allí, y sin más información, el vidente comienza a explicar las visiones que recibe en dónde ve una rocas amontonadas y un reloj, lo que le hace pensar que el trabajo del cual espera respuesta está relacionado con la construcción. El hecho de ver las rocas desordenadas le hace deducir que "aún hay trabajo por hacer" y eso automáticamente le hace creer que sí llamarán a la persona justamente porque en ese lugar aún hay algo por hacer, algo que refuerza con la imagen del reloj que deduce se refiere a la espera.

En una segunda visión, ve a un hombre cargando cosas de un lado a otro lo que confirma su idea de que él sí será llamado a trabajar; y adicionalmente percibe que este tiene una lesión en la espalda, entre el riñón y la cintura. La mujer sorprendida confirma que la persona por la cual pregunta es su marido, que efectivamente está esperando respuesta de una obra en construcción en dónde ha presentado papeles para trabajar y que su especialidad es el manejo de grúas, que precisamente son las encargadas de mover y trasladar piedras y material pesado. También confirma que tiene una lesión lumbar hace un tiempo.

ANÁLISIS

Al analizar el proceso de videncia anterior nos podemos dar cuenta que el vidente sólo ha preguntado si la persona era hombre o mujer, sin ninguna averiguación adicional. Podemos deducir que algo en él creyó coherente preguntar eso para reordenar todo el discurso que daría después. Si me pongo a pensar en cómo obtuvo toda esa información sin saber nada de la persona debo echar mano de la hipótesis planteada anteriormente y que refiere a cómo las personas somos un campo de información abierto en dónde actúa esa capacidad innate que todos tenemos y que es la Teoría de la Mente. 

Si yo aplico esa idea al proceso podría deducir que algo en el cerebro del vidente ya había recogido datos de la mujer a través de sus sentidos a una velocidad tan rápida que ni siquiera él mismo había sido consciente de ello, quedándose lo recopilado guardado en su cerebro para su posterior activación a través del simple ejercicio de la concentración. Ahora bien, ¿qué canales podrían haberle dado al vidente indicaciones sobre la persona? cualquiera que sus sentidos pudiesen captar: una señal visual, un tono de voz determinado o incluso un aroma. 

Por ejemplo, si su sentido del olfato estuviera bien afinado es probable que pudiese identificar un aroma de algún elemento químico utilizado habitualmente en el área de la construcción, por ejemplo pintura, ácidos u otros elementos que pudiesen impregnar la ropa, la piel o el cabello de la mujer que ha ido a la consulta. Entonces bastaría que el marido hubiese abrazado a su mujer para que ella hubiese quedado impregnada de ese olor que luego el vidente podría percibir de forma inconsciente, triangulando la información con otros datos para así deducir que el sitio era una obra en construcción. 

Si su visión fuera detallista su ojo habría percibido en milésimas de segundo una expresión de cariño en la cara de la mujer que le ha indicado que la persona por la cual preguntaba era querida o muy cercana. Un sentido de la audición bien desarrollado detectaría cualquier vibración o alteración en la voz (quiebre, tono triste o de preocupación) para definir algún problema adicional asociado a la persona por la cual se pregunta. 

Así, y sumando todos los sentidos se podría asumir que ha habido una recogida de datos múltiple que luego, reunidas en el cerebro del vidente se han mezclado y han dado como resultado una respuesta, un resultado final, que describe bastante bien la situación por la cual se le ha preguntado, señalando incluso una predicción. 

Esto es una explicación muy resumida y deja algunos cabos sueltos ¿Cómo supo el vidente que el hombre tenía una lesión en la espalda entre el riñón y la cintura? 

Se podría pensar que una lesión es algo más o menos normal en personas que trabajan en construcción; por tanto, la afirmación era estadísticamente muy probable, más si se trata de la región lumbar que es habitualmente la parte que más se resiente en este tipo de trabajos, precisamente por ser el área del cuerpo que recibe más presión. 

Sea como sea, esta segunda visión parece ser solo posible tras haber dicho la primera ya que si el trabajo de la persona hubiera sido otro en dónde no se utiliza tanta fuerza quizá la deducción de la lesión no hubiera tenido cabida. Ahora bien, ¿quiere decir que todos los que trabajan en construcción tienen una lesión lumbar? No. Entonces, ¿cómo supo el vidente acertar que en este caso sí había lesión? volvemos de nuevo sobre la teoría de la recogida de datos a través de los cinco sentidos: se deduce que el vidente ha logrado interceptar una señal a través de sus sentidos que unido al resto de información le ha llevado a la deducción de que él hombre además de estar esperando una respuesta de un trabajo relacionado con la construcción tenía además una lesión en la espalda. 

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