Muchas veces he participado en debates donde se intenta establecer si leer el tarot o ser vidente es algo que viene dado por un don que solo algunos afortunados pueden usar. En la mayoría de ellos, incluso, he visto a personas a las que les molesta la idea de que existan personas que podrían estar por encima de otras por esta curiosa capacidad. Esto último, sin embargo, no es algo que ocurra únicamente en el mundo del tarot. También sucede en otras áreas de la vida.

¿Don para leer las cartas de tarot?

El problema, deduzco, es que decir que alguien está por encima de otro por defecto o porque nació más listo o preparado nos recuerda inevitablemente a ideologías con muy mala fama que en su tiempo pretendían catalogar a los seres humanos como buenos o malos según las condiciones que tenían, fueran raciales o ideológicas.

Sea como sea, y aunque sé que este tema es delicado, me gustaría profundizar en las capacidades por encima de la media y de cómo algunos seres humanos, efectivamente, puede sobresalir por encima de otros. Una verdad que algunos les pica, pero que está sostenida en un análisis objetivo de la situación.

¿Hay seres humanos con capacidades superiores a la media?

Para responder a esta pregunta no es necesario hacer un gran esfuerzo. Hoy en día y también en el pasado, ha habido personas que han estado por encima de la media. Tanto en inteligencia como por capacidades físicas. Si no fuera por eso, no existirían los campeones de ajedrez o los atletas de élite que hacen cosas que otros seres humanos ni en sueños podrían hacer. Tampoco existirían Messi o Cristiano.

Una vez que asumimos esta realidad, podemos trasladar este dilema al mundo del tarot y preguntarnos ¿Hay tarotistas y videntes mejores que otros? Y la respuesta sería exactamente la misma: los hubo, los hay y los habrá.

En este punto, para la mayoría de los aprendices o personas inexpertas en el tarot, esto se podría transformar en un insulto o algo incómodo, producto de la baja autoestima que tienen o porque sienten que se les está ninguneando. Para defenderse, dirán que el tarot es algo que todos pueden hacer y que solo es cuestión de práctica y perseverancia para alcanzar el máximo nivel como el Messi o Cristiano del tarot.

Sin embargo, yo cuestiono esa afirmación y me atrevo a decir que algunas personas, incluso con la práctica más intensa y los niveles de perseverancia altos, no podrán llegar a obtener los resultados de otros tarotistas y videntes que se encumbran por encima de ellos. Y aquí es donde presento el gran dilema.

¿Por qué algunas personas pueden lograr altas capacidades en el tarot y la videncia con poco esfuerzo o casi como si les saliera de forma natural, mientras que otros, haciendo todo el esfuerzo del mundo, no llegan a esos niveles?

Supongo que la respuesta es sorprendente por lo sencilla que es. Por el mismo motivo por el que miles de futbolistas se dedican intensamente a su deporte favorito, pero no logran llegar a la cima más alta, como un Messi y un Cristiano. Hay algo que, combinado con la práctica y el trabajo intenso, hace que las personas destaquen y ese algo no lo tienen todos, porque si así fuera todos estarían en el nivel de esas dos estrellas.

¿Qué es un Don?

Si nos remitimos a la RAE, un don, en el sentido de capacidad, se define como gracia especial o habilidad para hacer algo. Por lo mismo, y si miramos el concepto de manera escéptica y estrictamente objetiva, tendríamos que descartar la idea divina asociada a este concepto.

De hecho, una de las definiciones que ofrece la RAE al respecto es Bien natural o sobrenatural que tiene el cristiano, respecto a Dios, de quien lo recibe. Pero esta definición vale verga para los ateos y no puede aplicarse a todos los seres humanos por igual.

De ahí mi interés de enfocarme en la definición general y que puede afectar a todos, independiente de la creencia que tengamos.

Entonces, una vez que descartamos la idea divina del Don, nos pasamos al dato técnico y objetivo. Una capacidad especial que nos permite hacer algo de manera sencilla y sin tanto esfuerzo como a otros. Sea pintar, componer música, corre una maratón o leer las cartas.

Pero ¿Cómo se forma este don? ¿Viene de nacimiento, integrado como algo mágico y listo para funcionar? ¿Acaso Messi nació y en el primer mes ya estaba dando cabezazos al arco o dando patadas perfectas en un balón?

Seguramente no.

Para que Messi, Cristiano o cualquier otro ser humano excepcional haya llegado al nivel que tiene han pasado muchas cosas. Y aquí es donde la historia se pone poco mágica, pero muy interesante.

Una persona experta en su campo con un don para hacer lo que hace se ha debido enfrentar a una serie de circunstancias de todo tipo para transformarse en lo que es. No solo ha sido necesario que psicológica y físicamente tenga cierta contextura o sello. Todo eso se ha de combinar con aprendizaje, influencia de los padres, genética, perseverancia e incluso el factor suerte. Y este último factor, aunque parece algo muy importante, en la mayoría de los casos no sirve, si los otros apartados no están. Ya puedes tener toda la suerte del mundo, pero si no tienes el talento, no llegarás muy lejos.

Ahora bien, si estamos diciendo que el don no es más que una combinación de factores que se suma a capacidades innatas del ser humano, ¿no sería lógico pensar que si todos replicaran la misma combinación que usó Cristiano o Messi para llegar a ser lo que son, obtendrían el mismo resultado? Algo así como copiar sus métodos.

Incluso así, muchos no lograr alcanzar ese nivel porque nunca estarán en el cuerpo ni la mente de Messi o Cristiano. Es decir, hay una variable que no pueden cumplir completamente. Por lo mismo, pueden replicar sus métodos, pero hay algo que no pueden reproducir. La genética, disposición psicológica y emocional más profunda y la capacidad de improvisación y reacción ante estímulos externos. O sea, estamos hablando de la mente. De la forma en que alguien que tiene un Don gestiona intelectualmente lo que tiene para combinarlo con otros factores para obtener resultados excepcionales.

¿Los mejores tarotistas y videntes tienen un Don?

Después de aceptar que en el mundo hay personas que, efectivamente, hacen las cosas mejor que otros, nos toca trasladar esta idea al mundo del tarot y la videncia. Tenemos que dar por hecho que habrá tarotistas y videntes que destacan por encima de otros por la misma combinación de factores por las que un Cristiano o Messi destacan por sobre los demás seres humanos dedicados a la misma disciplina.

Visto así, y descartando por completo la definición divina de la RAE, tenemos que aceptar, para bien o para mal, que hay personas dedicadas a leer las cartas o tener visiones intuitivas, que harán lo que hacen mucho mejor que otros. Y hay muchos que, por el gran esfuerzo que hagan y el dinero que inviertan en el aprendizaje del tarot, no llegarán ni siquiera a rascar las capacidades de los que parecen estar en la élite del tarot y la videncia.

Ahora bien ¿Implica esto que tú, que lees este artículo y te interesa leer el tarot o dedicarte a la videncia, seas un mediocre o una mediocre que no llegará a ningún lado, condenad@ a mirar desde abajo a los atletas olímpicos del tarot que están sentados en el templo de la videncia y las altas capacidades cognitivas?

La única respuesta a eso la tienes tú y para obtenerla tendrás que comenzar el trabajo y poner lo mejor de ti. Entonces, tarde o temprano, la vida te dirá si eres alguien especial que destaca por sobre la media en el tarot o eres uno más en medio de un mar de mediocridad cada vez más saturado.